La
Quinta de los Molinos está ubicada en la calle más larga de la ciudad de Madrid
que cuenta con más de 700 números y 10,5 km de longitud, muchos ya sabréis de
qué calle estoy hablando, pues si es la Calle Alcalá.
Concretamente
en el número 527 encontramos la entrada principal de La Quita de los Molinos,
el método de transporte mas cómodo para poder llegar a tan sorprendente rincón
de Madrid es el Metro, la estación de Suanzes de la Línea 5 del Metropolitano
nos deja literalmente a un par de pasos de la entrada.
Los
propietarios de la Quinta era la familia de Torre Arias, que en los años 20 y
30 del siglo XX, decide vender la finca a Cesar Cort Botí, quien ocupo el cargo
de Concejal de urbanismo del Ayuntamiento de Madrid y fue profesor en la
Escuela de Arquitectura de Madrid.
Cesar
Cort de origen alicantino, decidió transformar la Quinta y convertirla en una
típica finca agrícola del litoral Mediterraneo, para llevar a cabo tan
ambicioso proyecto empezó sembrando en las colinas, taludes y ribazos, árboles
frutales y multitud de almendros y olivos.
En
las hondonadas del terreno las especies arbóreas elegidas fueron los álamos,
olmos y chopos.
Para
proteger a los almendros de las inclemencias del tiempo, en el perímetro de las
zonas cultivadas con estos árboles, se plantaron pinos carrascos, pinos piñoneros,
cedros y cipreses que forman una pantalla vegetal cuya misión es la de proteger
a los almendros y demás árboles frutales.
La
construcción principal de la Quinta es el Palacete, ubicado en la parte norte
de la finca, fue construido en 1925 y es de estilo racionalista, lo más
destacable de la construcción es la torre central ubicada en la fachada
principal.
La
otra edificación de la finca es la Casa del Rejol, al igual que el Palacete, está
orientada al sur, hacia la vaguada del arroyo de los Trancos.
Alrededor
de las dos construcciones se construyo el lago y el jardín, y al lado de la
Casa del Reloj, se ubicaron parcelas escalonadas destinadas a la producción de
flores y a huertas.
Entorno
al Palacete se construyo una de las primeras pistas de tenis sobre hierba de
España.
Al
finalizar la Guerra Civil, César Cort tapia el perímetro de la Quinta y se construye
la caseta de los guardas.
Durante
los años 60, César Cort, sufrio una caída en las escaleras del Palacete, fracturándose
la cadera, a partir de tal suceso, decide mudarse a la Casa del Rejol, cerrando
por completo el Palacete.
En
1978 fallece César Cort, durante cuatro años la finca sufre un periodo de
abandono, hasta que en 1982 los herederos acuerdan con el Ayuntamiento de
Madrid la cesión de las tres cuartas partes de las 29 hectáreas que componen la
Quinta, a cambio de edificar dos zonas del norte de la finca.
Una
vez introducida la historia de la Quinta, iniciemos juntos un agradable paseo
para descubrir el parque en profundidad.
De
las 29 hectáreas que llego a poseer Cesar Cort, en la actualidad son 21 las hectáreas
que componen el parque, el cual se encuentra dividido en dos partes: una
primera zona ubicada al sur de carácter agrícola y una segunda zona ubicada al
norte de estilo romántico paisajista.
Lo
más llamativo de la entrada principal de la Quinta es que no se tiene la
sensación de entrar a un parque, es más si uno no conoce la zona ni nunca ha oído
hablar de la Quinta de los Molinos, jamás se puede imaginar lo que se encuentra
detrás de la puerta ubicada en la fachada de las antiguas casetas de los
guardeses.
Una
vez cruzada la puerta, atravesamos un pequeño pasadizo, que nos conduce a un
largo paseo empedrado, antes de seguir adelante, nos dirigiremos a la derecha
para contemplar los cuarteles de almendros y ver lo efectivas que son las coníferas
protegiendo de los vientos a los almendros y demás arboles frutales.
Para
ver cómo funcionan las pantallas vegetales es recomendable adentrase entre las
filas de árboles como son los pinos y eucaliptos, y sentir la finalidad de su
plantación.
Continuaremos
disfrutando de toda la zona sur de la Quinta, hasta dirigirnos poco a poco al túnel
que nos da acceso a la parte norte de la finca.
Lo
primero que nos encontraremos en la parte norte es la zona del estanque de
forma irregular imitando una laguna de origen natural, el estanque está dotado de
un pequeño embarcadero, actualmente en desuso.
La zona norte es la
alberga el agua, a parte del estanque encontramos diversas albercas y fuentes
que se utilizaban para acumular agua de los arroyos y así poder regar la zona
ajardinada de la finca.
Si
rodeamos el estanque acabaremos en el inicio de un estrecho camino salvaguardado
por magníficos cipreses, que nos conducirá hasta la asombrosa pista de tenis compuesta
por un campo de hierba y equipada con gradas a los lados y un muro de contención
en la zona norte que alberga los vestuarios.
Poco
a poco nos acercamos al aljibe y al depósito, ambos tenían la misma función
acumular agua, pero de diferente procedencia, el aljibe acumula el agua
proveniente de la lluvia y el depósito acumula el agua que extraía el molino de
viento del pozo.
Tras
contemplar como aun se mueven las aspas del molino con la más mínima brisa, nos
dirigimos a la pequeña rosaleda que alberga en su centro una fuente rodeada de
olivos, una vez atravesada llegamos a uno de los muros laterales del palacete
donde se encuentra una curiosa fuente de estilo neomudéjar.
La
torre central del Palacete era utilizada por César Cort durante las noches
despejadas como observatorio astronómico.
Muy
cerca del Palacete vemos una gran alberca, en el vídeo que acompaña al artículo
la podrán ver al igual que la lavandera blanca que aparece en el borde de la
alberca. Junto a la alberca y cerca de la Casa del Reloj, se encuentra otro de
los molinos que aún quedan en la finca, todos ellos están provistos de
aerogeneradores, idénticos a los que salen en las películas de Oeste, la
finalidad de los molinos es extraer agua de los pozos para posteriormente almacenarla
en las distintas albercas.
Sin
darnos cuenta llegamos hasta la Casa del Reloj, y desde ese punto nos dirigimos
al invernadero, compuesto por un muro orientado al norte que soporta una
estructura de hierro a la cual le faltan los cristales. Delante del invernadero
se encuentra solitaria una misteriosa columna realizada en granito.
Para
salvar los diversos desniveles que presenta el terreno, fueron construidas numerosas
escaleras, la más destacable es la escalinata que facilita el tránsito de la
zona más baja donde se encuentra una fuente y dos albercas a la zona del
invernadero y de las dos construcciones de la Quinta el Palacete y la Casa del
Reloj.
Una
vez visitado gran parte del parque continuaremos nuestra visita por el camino
que da a la fuente instalada en un muro blanco decorado con elementos arquitectónicos artísticos que nos conducirá hasta una de las grutas que
existen en la finca.
Ya
solo nos queda perdernos por el parque que en 1997 fue catalogado como Parque Histórico
y disfrutar de la gran biodiversidad que alberga este espacio verde con mucho
encanto lleno de rincones que merecen una visita.
La
mejor época del año para visitar la Quinta de los Molinos es entre los meses de
Febrero y Marzo, cuando los almendros florecen, aunque es totalmente
recomendable visitarlo en cualquier época del año.
Si
deseas conocer a fondo la Quinta de los Molinos, organizo visitas guiadas donde
trato temas históricos, botánicos y faunísticos del parque, para más
información escriban a: danielmedioambiente@gmail.com.
Saludos Daniel,
ResponderEliminarEstoy haciendo un trabajo de ecología para el colegio. Para ello hemos visitado la quinta de los molinos para analizar, fauna y flora y ver las posibles condiciones que pueden haber sido modificadas y haber dado lugar a un desequilibrio en la red trófica o homeostasis ecológica.
Tenemos que analizar la red trófica del parque pero sobre todo la fauna. Nos ha costado encontrar información. Nos podrías ilustrar. Hemos estado buscando en internet sin éxito alguno.
Por último,¿Tú crees que el cambio climático ha influido en el parque o en su diversidad? ¿Y filomena?
Estimado lector, gracias por escribirnos. La cuestión que nos planteas es de gran interés, empecemos por lo más sencillo, el paso de la Filomena, habrá generado un impacto principalmente en el arbolado lo cual, es relativamente sencillo de comprobar, como consecuencia y en proporción a los daños la fauna se vera resentida en función, principalmente de la perdida de arbolado maduro. En cuanto a la red trófica objeto del análisis que tenéis que realizar, lo que os podría aportar es hacer un censo de las especies que habitan el parque, tener en cuenta que por ejemplo en función de la estación del año que hagáis el estudio podréis encontrar especies diferentes, por ejemplo en esta época seguramente el Autillo europeo habite el parque, otro aspecto a tener en cuenta son las especies invasoras que habiten el parque y la población de gatos domésticos que tenga el parque. Os animo a hacer un profundo análisis y contar con todo mi apoyo o colaboración, podéis escribirme a danielmedioambiente@gamil.com, quedo a vuestra disposición. Un cordial saludo.
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