Las aves migratorias realizan cada año un viaje que en algunos casos es extraordinario por la distancia recorrida y por las dimensiones del pájaro.
Hasta hace poco tiempo las migraciones eran estudiadas a través del anillamiento científico de las aves, donde se les coloca una anilla en uno de sus tarsos (patas), con unos números y unas letras identificativas e individualizadas, para cada ejemplar, es como si fuera el DNI del pájaro, de tal manera que si ese pájaro es recuperado por otro anillador se puede saber donde se anillo y demás parámetros de ese pájaro en concreto.
Este método es muy laborioso y poco efectivo a la hora de recuperar pájaros anillados sobretodo en especies migradoras, por lo que gracias a las nuevas tecnologías los científicos pueden anillar a los pájaros y colocar aciertos ejemplares un dispositivo GPS que envía señales vía satélite indicando su posición exacta, este método es muy exacto y cómodo, ya que permite realizar el seguimiento de las aves marcadas desde un ordenador desde cualquier punto del planeta, el único hándicap es el elevado coste que tiene el dispositivo y la señal del satélite, aun así lo datos que se están recopilando son de un gran valor desde el punto de vista de la conservación ya que están descubriendo los puntos exactos a donde migran las aves lo que permite mejorar el diseño de las actuaciones y políticas de conservación de especies amenazadas.