La abubilla (upupa epops), es un ave estival, aunque en algunos puntos de
la Península Ibérica es residente, lo normal es que la mayoría de los
ejemplares pasen el invierno en el norte de África, en cuanto al tamaño ronda
entre los 25-29 centímetros cuando esta posada y 44-48 centímetros de
envergadura, es decir cuando la vemos en vuelo.

Como guía medioambiental y explorador del patrimonio natural y monumental, planteo como apasionado de lo silvestre y campestre el objetivo de revelar los parajes naturales y culturales que alberga el planeta Tierra, con el propósito de divulgar y concienciar sobre la importancia de respetar, conservar y proteger las maravillas que nos rodean, siempre desde un perspectiva medioambiental y ecológica. Acércate a descubrir un Mundo repleto de biodiversidad y monumentos espectaculares.
lunes, 21 de noviembre de 2011
ABUBILLA
La nota más peculiar de esta ave es su cresta eréctil, con puntos negros en
los extremos y que abre cuando se encuentra ante un peligro o para demostrar su
territorio frente a otros individuos de su propia especie.
El pico que posee la abubilla es largo y ligeramente curvado para
facilitarle la búsqueda de alimentación tanto en el suelo como en los huecos de
los árboles, el pico nos marca el tipo de alimentación de cada ave, en este
caso la abubilla al tener este pico se alimenta principalmente de larvas e
invertebrados.
Los colores predominantes de la abubilla son: ocre rosáceo, blanco y negro,
estos dos últimos colores se centran en las alas y en la cola.
Sus vuelos suelen ser bajos, ondulados y algo mariposeantes, sus alas son
redondeadas y blanquinegras, tiene un canto trisilábico “jup-jup-jup” de fácil
identificación, su habita es diverso ya que la podemos encontrar en terrenos
abiertos, zonas de cultivos, arboledas y prados. Suele nidificar en huecos en
los árboles y en construcciones abandonadas.
Durante la época de cría la hembra y los pollos segregan por la glándula
uropigial una sustancia de olor fuerte que proyectan ante la presencia de
peligros como puede ser un depredador, de ahí la fama que tienen las abubillas
de que sus nidos huelan mal.
El petirrojo (erithacus rubecula), con un tamaño que ronda entre los 12-14
centímetros, por lo que es un ave de tamaño pequeño, cuellicorta, rechoncha y
normalmente algo confiado. Es residente, aunque en época invernante es más
abundante, debido a que los petirrojos del centro y norte de Europa migran a
latitudes donde encuentran alimento, por lo que en la Península Ibérica se ven
más ejemplares en invierno, para diferenciar los residentes de los invernantes
hay que fijarse en el tamaño, los petirrojos que vienen del centro y norte de
Europa son más grandes que los residentes, ya que deben tener una mayor masa
muscular para poder realizar el viaje migratorio.
En cuanto al aspecto del petirrojo vemos que la frente, cara y pecho es de
color rojo anaranjado, el vientre es blanquecino y el dorso y la cola de
colores parduscos. El macho y la hembra son iguales por lo que no encontramos
ningún dimorfismo sexual, en cambio el petirrojo juvenil es de color pardusco y
con un moteado muy marcado. En ocasiones encrespa el plumaje y adopta una forma
redondeada y compacta en cambia en otras ocasiones adopta formas más esbeltas.
El canto es muy claro y melódico, con unos primeros tonos agudos y después
gorjeantes: “tick-tick-tick”, la voz de alarma es más aguda “tsi-ii”. Adopta
comportamientos curiosos como dejar las alas caídas cuando se posa en una rama
de un árbol, cuando está en el suelo da saltos con los pies juntos, hace
reverencias y levanta su corta cola.
Su alimentación es insectívora y frugívora, los nidos los ubican los
agujeros de los árboles y es la hembra la que acomoda el nido con hierbas,
musgos y hojas secas, el petirrojo lo podemos encontrar en zonas de bosques,
jardines y parques.
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