La
localidad de Jadraque se encuentra
en la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha, pertenece a la provincia de
Guadalajara y se sitúa dentro de la comarca de La Alcarria.
Jadraque se eleva hasta los 832 metros de altitud sobre el nivel del mar, cuenta con una extensión de 38,91 kilómetros cuadrados y se está rodeada por
diversas poblaciones que ocupan todos los puntos cardinales, empezando por el
Norte: Medrana, Noroeste: Jirueque, Este: Bujalaro y Argecilla, Sureste:
Villanueva de Argecilla y Ledanca, Sur: Miralrio, Suroeste: Casas de San
Galindo y Espinosa de Henares, Oeste: Membrillera, Noroeste: La Toba.
La
etimología de la palabra Jadraque, deriva del árabe Chadaraque que significa
Campo Verde, las crónicas citan que a partir del año 801 el nombre fue
evolucionando hacia Xadaraq, Xadrac, Xadraque. El significado que la Real
Academia de la Lengua dota a esta palabra es el de señorío.
A
unos 2 km de donde se asienta el actual pueblo, en el paraje de “la Concha”, se
han encontrado vestigios de un asentamiento romano, según Ptolomeo se llamaría
Varada, ciudad murada.
A
lo largo del valle del río Henares, transcurría la calzada romana que unía
Emérita (Mérida) y Caesar Augusta (Zaragoza), desde época de los romanos
Jadraque es un punto geográficamente estratégico al ser la frontera natural
entre la Sierra Norte de Guadalajara, La Alcarria y La Campiña.
Los
orígenes del actual Jadraque se remontan al siglo VIII, cuando Tarik y Muza
conquistaron las tres cuartas partes de la Península Ibérica, en esta época los
musulmanes construyeron en Jadraque una torre vigía islámica antecesora al
castillo.
En
plena Reconquista Jadraque afirmo su tradición cidiana unida a la figura de Don
Rodrigo Díaz de Vivar, posteriormente el Cardenal Mendoza y sus herederos
fortalecieron aun más la tradición del Cid.
Don
Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”, fue un caballero castellano cuya
vida transcurrió a lo largo de la segunda mitad del siglo XI, nació en la
localidad burgalesa de Vivar del Cid, sobre el año 1043 aproximadamente y
falleció en Valencia en el año 1099.
Tras
su muerte se forjo la leyenda, los cristianos bajos de moral necesitaban un
referente y vieron en la figura invencible del Cid un motivo idóneo para narrar
sus gestas, lo que posibilito una rica tradición de poemas y romances que se
iban transmitiendo de pueblo en pueblo mediante juglares y poetas.
Así
fue como apareció, en la segunda mitad del siglo XII o principios del siglo
XIII, el que sería el gran poema épico de la literatura española: El Cantar del
Mío Cid, que narra elogiosamente el destierro de Rodrigo por tierras
castellanas, aragonesas y levantinas.
Investigadores
del poema El Cantar del Mío Cid, ponen de manifiesto que el Castejón y castillo
que se menciona en el poema, sería la villa de Jadraque, ello es debido a que
en el año 1119 es fechado el primer documento escrito referente a Jadraque, en
el que se le denomina Castejón de Ayuso.
La
figura del Cid, ha dado origen al denominado Camino del Cid, que con sus más de
2000 kilómetros de longitud atraviesa cuatro Comunidades Autónomas: Castilla y
León, Castilla La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana, transcurre por el
territorio de ocho provincias: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón,
Valencia y Alicante.
Durante
el transcurso de los siglos por las costanillas y moradas de Jadraque han
acontecido un gran número de ilustres personalidades, destacando entre otros Gaspar
Melchor de Jovellanos, Francisco de Goya, Juan Arias de Saavedra, José Antonio
Ochaíta poeta nacido en Jadraque, los Reyes Católicos y Felipe V.
La
edificación más notable de Jadraque es el Castillo, al cual dedique un artículo
monográfico que pueden encontrar en el blog, caminando por las calles del
pueblo descubriremos todo el patrimonio histórico artístico que alberga
Jadraque, como por ejemplo la Iglesia de San Juan Bautista, la Ermita del Cristo,
la Ermita de San Isidro o la Saleta de Jovellanos.
Paseando
por la calle Mayor Baja llegaremos hasta la Plaza Mayor donde está el
Ayuntamiento, ubicado en una distinguida casa de dos alturas, para acceder a él
tendremos que subir siete escalones de piedra que nos darán acceso al porche,
en la planta superior encontramos una amplia balconada que es iluminada por las
noches con dos elaborados faroles y coronando el edifico el reloj, justo a la
entrada del Ayuntamiento se asienta una fuente de piedra de forma octogonal.
Continuando
por la calle Mayor Alta llegamos hasta la plaza Gutíerrez de Luna, donde a la
sombra de varios pinos se encuentra el monumento al poeta José Antonio Ochaíta
nacido en Jadraque en 1905.
En
la misma plaza y ante una escalinata de piedra se eleva la Iglesia de San Juan
Bautista, construida sobre los restos de una iglesia románica anterior, el
arquitecto elegido para el proyecto fue Pedro de Villa Monchalían a finales del
siglo XVII.
La
imponente portada está orientada al poniente y es de estilo manierista, la
iglesia cuenta con una esbelta torre compuesta por tres plantas y rematada en
chapitel, en lo alto de la torre se puede observar el campanario.
Al
entrar en la iglesia uno no espera encontrarse con las grandes proporciones que
se abren ante los ojos del visitante, la planta de tres naves están separadas
por arcos de medio punto y bóvedas de medio cañón con lunetos.
El
crucero tiene cúpulas sobre pechinas, presentando una cúpula más pequeña y una
compleja decoración con yeserías.
Uno
de los elementos más destacados es la bóveda semiesférica situada sobre el
presbiterio con las imágenes de los arcángeles pintadas sobre pechinas.
El
altar mayor es de estilo barroco, dedicado a San Juan, procede de la iglesia de
Carrión de los Condes (Plasencia). La iglesia conserva en las capillas
laterales una serie de lápidas de alabastro y estatuas yacentes de caballeros y
personajes de la localidad del siglo XVI.
En
una sala lateral de la iglesia descansa una talla de Cristo crucificado,
denominado el Cristo de los Milagros, la obra es atribuida al maestro Pedro de
Mena que consiguió tallar la madera y devolverla a la vida dotándola hasta del
más mínimo detalle, sin duda una obra minuciosa y de una belleza impactante.
La
sacristía de la iglesia acoge todo un tesoro pintado en 1661 por Zurbarán, el
óleo representa la escena de Cristo recogiendo las vestiduras después de la
flagelación.
Tras
visitar la Iglesia, retomamos la calle Mayor Alta y posteriormente la calle
Mayor Baja en dirección descendente hasta llegar al número 7 de la calle Mayor
Baja donde un elaborado escudo heráldico llama nuestra atención y una placa nos
recuerda que en esa casa vivió el intelectual y mecenas D. Iván Arias de
Saavedra que compartió estos muros con sus amigos Goya y Jovellanos 1737-1811.
La
antigua casa palacio de Don Juan Arias de Saavedra alberga la Oficina de
Turismo y la Saleta de Jovellanos, para acceder a ella debemos entrar por la
puerta situada en la plaza de Jovellanos.
El
ilustre político y escritor D. Gaspar Melchor de Jovellanos residió durante
unos meses del año 1808 en la casa palacio de D. Iván Arias de Saavedra para
poder recuperarse de los sufrimientos padecidos durante su estancia en la
prisión del castillo de Bellver (Palma de Mallorca).
Durante
su estancia en Jadraque, Jovellanos recibió la visita de su amigo Francisco de
Goya, al cual le invito a que le ayudara a terminar de decorar la habitación
donde se alojaba.
Las
paredes de la Saleta de Jovellanos fueron decoradas con pinturas que reflejan
los recuerdos que adquirió Jovellanos en Mallorca, como son el castillo de
Bellver y el puerto, además de paisajes y adornos florales.
Debido
a la buena conservación de los frescos se han realizado estudios pictóricos
donde los expertos han podido catalogar y atribuir que ilustraciones fueron
realizadas por Goya.
Si
realizamos un análisis minucioso de las escenas expuestas en las paredes,
podremos observar la situación social-económica y política de la España de
1808.
Una
vez visitada la Saleta de Jovellanos es muy recomendable callejear e ir
descubriendo edificaciones de interés, la calle de San Juan alberga importantes
construcciones como casonas o palacetes de estilo castellano, decorados con
escudos de armas y blasones.
Otras
edificaciones de interés son: la Ermita del Santísimo Cristo, el Conveto de los
Capuchinos, la Ermita de San Isidro y la Ermita de Cáritas.
Como
pueden comprobar Jadraque ofrece al viajero una amplia oferta cultural, por
ello les recomiendo que anoten en sus agendas “visitar Jadraque”.
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