La población de Ontígola es
el punto de inicio de la ruta que nos acercará a descubrir el castillo de
Oreja, fortaleza la cual resguardaba la aldea de Oreja, que en tiempos del imperio
romano recibía el nombre de Aurelia. Actualmente el pueblo se encuentra
abandonado, pero no por ello ha perdido su gran valor estratégico.
En tierras de Castilla La
Mancha, concretamente al Este de la provincia de Toledo se ubica dentro de la
comarca de la Mesa de Ocaña el pueblo de Ontígola, cuyo municipio linda al
Norte y al Oeste con Aranjuez, al Este con Noblejas y al Sur con Ocaña.
Para acceder al castillo, debemos
desplazarnos hasta la Calle Arenal del pueblo de Ontígola, por la cual
circularemos hasta el final de la misma donde giraremos a la derecha para transitar
por el Camino de Ocaña, en sus inicios lo encontraremos asfaltado por lo que es
recomendable estacionar el vehículo en esta zona e iniciar la ruta a pie.
Nuestros pasos proseguirán
por el Camino de Ocaña, ancha pista de tierra que no presenta ninguna
dificultad ni sombra alguna, siendo muy aconsejable realizar esta ruta durante
la estación invernal, tras andar unos 900 metros por la pista tomaremos la
curva que hace la misma hacia la izquierda ignorando el camino que sigue de
frente.
Permaneciendo caminando por
la pista principal y disfrutando de las vistas que a ambos lados tenemos de
campos de labor con cultivos esencialmente de secano, cerros cubiertos por
esparto principalmente y rodales boscosos llegaremos a un punto clave de la
ruta. Desde la pista principal apreciamos a nuestra izquierda unas casas en ruinas
y una pista de menor anchura, la cual debemos tomar, enseguida veremos cómo esta
nueva pista hace una marcada curva hacia la izquierda y a ambos lados iremos
observando diferentes tierras de cultivo con olivos.
La vegetación autóctona de
la zona está adaptada a los rigores del clima mediterráneo y a los suelos de la
zona cuyo origen es la descomposición de rocas calizas, yesos miocenos y margas
yesíferas.
Esta nueva pista de tierra
finaliza en el objetivo de la ruta, el pueblo de Oreja y su Castillo, por lo
que es muy importante no desviarse por ningún otro camino o pista, para evitar
perderse les sugiero que estudien la ruta en un mapa antes de aventurarse a
realizarla o bien vayan equipados con un GPS.
Una vez en el pueblo de
Oreja es momento de contemplar como el paso del tiempo ha ido deteriorando las
casas y el propio castillo, dotando al paraje de una naturaleza fantasmagórica
y sobrecogedora.
Durante la estancia de los
musulmanes en la Península Ibérica, estos fueron construyendo una importantísima
línea defensiva a lo largo del río Tajo que fue incrementándose según avanzaba
la Reconquista, durante los siglos XI y XII.
Los musulmanes en el siglo X
construyeron el castillo en el mismo emplazamiento que siglos atrás eligieron
los romanos para levantar su asentamiento, detalle que nos habla del gran
valor estratégico del enclavamiento.
Desde esta ubicación los
musulmanes salvaguardaban una gran extensión de territorio situado a ambas
orillas del río Tajo, esto era posible gracias a la ubicación estratégica en lo
alto del cortado donde se izó la fortaleza.
A finales del siglo XI la
propiedad de la ciudadela paso a manos del rey Alfonso VI de Castilla como dote
al casarse con la princesa Zaida, hija del rey taifa de Sevilla.
En 1108 tras la Batalla de
Uclés, el castillo cayo en poder de los almorávides y los cristianos se vieron
forzados a desplazarse a la margen derecha del río Tajo, dicho acontecimiento
supuso una constante amenaza al reino de Toledo, al obtener los almorávides una vía libre hasta
las puertas de Toledo, a través de las aguas y del margen izquierdo del río
Tajo.
En el año 1113 Mazdalí tomó
el castillo, convirtiéndolo en la punta de lanza contra las tropas
castellanas, las cuales fueron derrotadas en el año 1132 en las proximidades
del castillo.
Entre 1113 y 1139 la
ciudadela tuvo su mayor esplendor, hasta que Alfonso VII asedio durante seis
meses el castillo gracias a la constancia de las tropas toledanas, extremeñas,
leonesas y gallegas.
En 1139 los musulmanes
hambrientos y sedientos se rindieron y la fortaleza pasó a manos cristianas,
como así lo atestigua el “Fuero de Oreja”. En 1171 Alfonso VIII lo entrego a la
Orden de Santiago con el fin de repoblar la villa, reforzar la frontera y
frenar una nueva ocupación morisca.
Tras la Batalla de las Navas
de Tolosa en 1211, los cristianos asientan su dominio y la fortaleza pasa a la
retaguardia, abandonando su propósito militar primigenio.
Ilustres personalidades se
han aposentado en el castillo como por ejemplo el Maestre de la Orden de
Santiago Rodrigo Manrique, padre del poeta Jorge Manrique y Enrique IV e Isabel
de Castilla.
Durante el siglo XV el castillo
pasó a manos de Gutiérrez de Cárdenas insigne personalidad castellana y hombre
de confianza de los Reyes Católicos, posteriormente los Condes de Colmenar
disfrutaron de la propiedad que años más tarde fue adquirida por los Duques de
Frías.
Tras un periodo en cual la
decadencia se empezó a dejar notar en Oreja, Carlos I recupero el castillo y la
población para la Corona adjuntándola a las tierras de Aranjuez.
Poco a poco la población fue
abandonando el angosto pueblo de Oreja y asentándose en las poblaciones
cercanas como Colmenar de Oreja, Ontígola y Aranjuez principalmente.
Con Felipe II se promulgo
una Real Orden por la cual se vetaba a los habitantes la construcción de nuevas viviendas para asentarse en el Real Sitio de Aranjuez, por lo que la población
fue distribuyéndose por los pueblos aledaños, como Ontígola que vio cómo su
población creció notoriamente
En cuanto a la arquitectura
del castillo de Oreja, este está formado por una nervuda y alta torre de planta
rectangular cercada por una muralla que sigue la línea irregular del cerro
sobre el cual se construyó.
El peñasco el cual fue
escogido con meticulosidad primero por los romanos y posteriormente aprovechado
por los musulmanes para levantar el castillo, es un risco aislado en el borde
de la meseta que limita el río Tajo por el norte. El vado natural por el cual se cruzaba el río Tajo que allí
existía era supervisado desde lo alto de la torre del castillo, siendo este
flanco de la fortaleza inexpugnable por el accidente geográfico que supone el
risco.
El castillo aún conserva
algunas saeteras circulares, indicios de matacanes de madera y toscos merlones
que remataban las torres. Las esquinas fueron construidas con sillerías y están
redondeadas a media altura.
Solo dispone de un acceso a
través de una puerta y en su interior se atesoran los restos de la iglesia, dos
bóvedas y un aljibe.
Su estado de conservación es
lamentablemente el de ruina avanzada, siendo su actual propietario el
Ayuntamiento de Ontígola al cual animo a que invierta en su patrimonio y
restaure el castillo.
Los restos del castillo se
encuentran bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de
abril de 1949 y Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
En las inmediaciones del
castillo y del pueblo de Oreja, se encuentra el Área Crítica de Vella
Pseudocytisus Subsp. Pseudocytius, planta catalogada como muy amenazada en
España.
Si desean descubrir el
paisaje, el castillo y el pueblo de Oreja de la mano de un guía, pueden
contactar conmigo escribiéndome directamente a: danielmedioambiente@gmail.com
Bibliografía: www.castillosnet.org
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