Al
noroeste de la Provincia de Segovia se localiza el Parque Natural de las Hoces
del Río Duratón, la catalogación de Parque Natural la obtuvo en el año 1989
gracias a la Ley 5/1989 de la Junta de Castilla y León, en 1990 fue declarado
zona Z.E.P.A, según la Directiva 79/490/CEE, mediante esta normativa se
pretende proteger y conservar un espacio único que forma parte de nuestro
Patrimonio Natural.
La
superficie que ocupa el Parque es de 5037 hectáreas, aunque cuenta con 18200
hectáreas incluidas dentro del ZIS, esto hace que sean 3 los municipios que
están dentro de la zona de protección como son Sepúlveda, Sebúlcor y Carrascal
del Río.
El
río Duratón desde la población de Sepúlveda hasta el embalse de Burgomillodo ha
ido esculpiendo a lo largo de miles de años unas profundas hoces que en algunos
puntos alcanzan los 100 metros de profundidad, el extraordinario contraste de
colores entre los ocres y grises de las paredes de roca junto con las diferentes
tonalidades de verdes de la vegetación de ribera hacen de este lugar un
escenario idílico, si queremos disfrutar a un más de la amplia paleta de
colores de la cual se nutre la naturaleza, les recomiendo visiten este entorno
en otoño donde el espectáculo aun es mayor gracias a que la gama de colores es
aun más amplia y variada.
Para
descubrir este paraje les presento una cómoda ruta cuyo punto de inicio se
encuentra en el puente romano de Talcano en Sepúlveda del cual solo se conserva
un arco, donde las dovelas aguantan inmutables el paso del tiempo, este sendero
nos conducirá hasta el puente de Villaseca donde podremos almorzar
tranquilamente en el merendero provisto de mesas con bancos.
La
ruta tiene una longitud de 12 kilómetros de ida entre puente y puente y otros
12 kilómetros de vuelta al ser una ruta lineal, la distancia no nos debe
sugestionar ya que se trata de un sendero totalmente llano por el cual el
senderista transita sin dificultad son de esos caminos que se completan sin uno
darse cuenta.
Una
de las estaciones más recomendables para hacer la ruta es el otoño debido a la
vistosidad cromática, aunque es una senda que se puede hacer en cualquier
estación del año, al ir siempre caminando paralelos al río Duratón, la senda no
tiene perdida debido a las diversas señales instaladas a lo largo del camino y
porque siempre debemos seguir el camino que transcurre aguas arriba del río
Duratón.
El
paisaje es uno de los valores más notables, donde destacan las inmensas paredes
calizas que forman el cañón, por el cual transitaremos durante toda la jornada.
Muy
próximo al puente de Talcano se encuentra el meandro abandonado por el río
Duratón, el cual presenta un nivel de cauce muy por debajo del gran río que debió
ser en el pasado.
La
vegetación de la zona está estructurada por niveles, debido a la formación del
cañón y a los diferentes tipos de sustratos.
En
la parte superior del cañón denominada paramera el suelo es calizo, debido a su
porosidad es un terreno seco y pobre en nutrientes, la vegetación climácica está
formada por bosques abiertos, las especies más predominantes son la sabina
albar (Juniperus thurifera) y los enebros (Juniperus communis).
Las
zonas más degradadas han sido colonizadas por tomillares (Thymus vulgaris) y
aulagares que forman una pseudoestepa.
En
el cuadrante suroccidental de Parque, las calizas han sido cubiertas por arenas
de origen eólico, estas zonas han sido repobladas con pinos resineros (Pinus
pinaster).
Los
cortados han sido colonizados por numerosas comunidades rupícolas como por
ejemplo: el ombligo de Venus (Umbilicus rupestris), la hiedra (Hedera hélix), la
higuera (Ficus carica), los zapatitos de la Virgen (Sarcocapnos enneaphylla), el
té de roca (Jasonia glutinosa) o por importantes endemismo ibéricos como son la
Biscutella valentina, Dianthus pungens o la Campanula hispanica.
En
la ribera del río Duratón encontramos un bosque ribereño formado por diferentes
especies de: sauces, fresnos, álamos, olmos, alisos, chopos y una gran variedad
de matorrales como el majuelo, el escaramujo, zarzamora entre otros.
Otra
de las plantas que crecen en los margenes del sendero es el saúco (Sambucus
nifra) que en época otoñal ofrece sus frutos a una gran cantidad de aves y mamíferos
que se acercan a esta planta para deleitar sus frutos de color azabaches.
En cuanto a la fauna, la rapaz más abundante
es el buitre leonado (Gyps fulvus) la cual forma una importante colonia
reproductora en los cortados al encontrar un escenario ideal para anidar.
Los acantilados son habitados por
numerosas especies que se instalan para criar como es el caso del alimoche
(Neophron percnopterus), halcón peregrino (Falco peregrinus), cernícalo vulgar
(Falco tinnunculus), águila real (Aquila chrysaetos), búho real (Bubo bubo),
grajillas (Coloeus monedula) y chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocoras)
como especies más significativas.
En las zonas más boscosas podemos
localizar rapaces forestales como el águila calzada (Aquila pennata), el azor
común (Accipiter gentilis), el busardo ratonero (Buteo buteo), el milano negro
(Milvus migrans), el milano real (Milvus milvus) y el alcotán europeo (Falco
subbuteo).
Los paseriformes están representados
por multitud especies por lo que solo nombrare algunas de ellas como los
aviones, las lavanderas, los ruiseñores, las collalbas, los roqueros, las
currucas, los herrerillos, los carboneros, los alcaudones y escribanos.
En la paramera destaca una especie de paseriforme que se mimetiza con el terreno de forma magistral se trata de la alondra de Dupont o ricotí (Chersophilus duponti).
En la paramera destaca una especie de paseriforme que se mimetiza con el terreno de forma magistral se trata de la alondra de Dupont o ricotí (Chersophilus duponti).
Los mamíferos más relevantes son el
tejón (Meles meles), la garduña (Martes foina), la comadreja (Mustela nivalis),
el zorro (Vulpes vulpes), la liebre ibérica (Lepus granatensis), el conejo (Oryctolagus cuniculus) e incluso la nutria (Lutra lutra), estas especies son dificiles de observar por lo que deberemos fijarnos en los rastros que dejan como huellas o excrementos.
En el interior de las numerosas cavernas localizadas en los inaccesibles cortados encuentran su lugar de descanso diferentes especies de murciélagos.
En el interior de las numerosas cavernas localizadas en los inaccesibles cortados encuentran su lugar de descanso diferentes especies de murciélagos.
Los reptiles más comunes del Parque
son el lagarto ocelado (Timon lepidus), la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra de escalera (Rhinechis scalaris) y la culebra viperina (Natrix maura).
Los anfibios que podremos observar son
la rana común (Pelophylax perezi), el sapo partero (Alytes obstetricans) y el sapo común (Bufo bufo).
El río Duratón con sus cristalinas aguas es el medio ideal para especies piscícolas como la trucha común (Salmo trutta) y el barbo ibérico (Luciobarbus bocagei), ambas especies ya no son tan abundantes como antaño, en las orillas del río encontraremos al acecho al cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) introducido en el Parque.
Retomando el sendero podremos encontrar indicios de actividad agrícola como son las viejas bombas de agua para regar ya en desuso o terrenos adaptados para el cultivo, esto es debido a que antiguamente los hortelanos tenían sus huertas en los terrenos aledaños al río.
El río Duratón con sus cristalinas aguas es el medio ideal para especies piscícolas como la trucha común (Salmo trutta) y el barbo ibérico (Luciobarbus bocagei), ambas especies ya no son tan abundantes como antaño, en las orillas del río encontraremos al acecho al cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) introducido en el Parque.
Retomando el sendero podremos encontrar indicios de actividad agrícola como son las viejas bombas de agua para regar ya en desuso o terrenos adaptados para el cultivo, esto es debido a que antiguamente los hortelanos tenían sus huertas en los terrenos aledaños al río.
Continuando el sendero y alzando la
vista a las impresionantes paredes del cañón avistaremos numerosos farallones
cuyas caprichosas formas se deben a la acción erosiva del agua que a lo largo
del tiempo ha ido erosionando a su gusto la piedra caliza.
A lo largo del camino nos podremos
refrescar en las tres fuentes que sin dificultad localizaremos, cada una de ellas
tiene su propio nombre: fuente de la Hontanilla, fuente Redonda y fuente del
Chorrillo.
A medio camino se encuentra el puente
del Villar, el cual nos permite cruzar el río Duratón, al otro lado del puente
nace el camino que comunica esta zona con la población de Villar de Sobrepeña.
Al realizar la ruta en otoño la
humedad característica de este ecosistema permite al senderista disfrutar del
verdor tan característico del musgo y de diferentes especies de hongos como la
abundante seta del chopo.
La geomorfología del Parque Natural de
las Hoces del Río Duratón viene marcada por materiales paleozoicos y mantos mesozoicos,
su estructura es un sistema de pliegues en rodilla separados por suaves
sinclinales, el río Duratón a lo largo de miles de años ha ido moldeando el
cañón kárstico y creando sus características hoces.
La senda atraviesa en diferentes
puntos profundos bosques de galería, los cuales forman auténticos pasadizos vegetales
por los cuales apenas puede atravesar la luz solar.
Es muy recomendable realizar paradas periódicas
para disfrutar del paisaje y echar un vistazo al cielo para ver en vuelo a los
majestuosos buitres leonados, en muchos riscos es fácil poder otear a los
buitres posados, incluso en algunos puntos se acumulan decenas de ejemplares.
Durante una parada tuve la suerte de
ver un ejemplar joven de águila real volando entre los buitres leonados.
El
poder caminar por medio del cañón es toda una experiencia que te permite ver de
cerca las altas paredes que custodian el camino a ambos lados.
Justo
antes de terminar la senda una sorpresa más nos espera y es la Cueva de los
Siete Altares, unas escaleras talladas en piedra nos permiten llegar hasta la
puerta de la cueva que se encuentra cerrada mediante una cancela de hierro forjado.
La
cueva de los Siete Altares es un monumento religioso visigodo, tras la conversión
de Recaredo al catolicismo (año 586), surgen numerosas comunidades eremíticas.
El
asentamiento de estas congregaciones en las Hoces del río Duratón son
evidentes, gracias a la tradición oral que sitúa por estos parajes la vida de
los Santos eremitas: Frutos, Valentín y Engracia. Otra evidencia más es la
existencia de varios eremitorios excavados en las paredes del cañón.
El
interior de la cueva de los Siete Altares se divide en dos capillas, la primera
es la exterior excavada en la roca y posiblemente cerrada con una fachada de
piedra y una cubierta de madera, donde se encuentra un pequeño altar
rectangular coronado por un arco de medio punto.
La
segunda capilla, construida en el interior tiene un altar formado por tres
hornacinas cubiertas con arcos de herradura. La hornacina central carece de decoración
aunque tuvo delante una mesa de piedra, las otras dos hornacinas laterales
cuentan con sus arquivoltas decoradas con molduras policromadas en rojo y
negro.
Sobre
el altar se desarrolla una compleja decoración geométrica entre la que abundan
motivos romboidales, frente al altar se localiza una fosa excavada en roca que
fue un modesto sepulcro para los monjes que atendían la iglesia.
Tras
visitar la cueva, reanudo el camino hasta llegar al puente de Villaseca, punto
donde se encuentra un agradable merendero donde poder almorzar y descansar para
posteriormente retomar por el mismo camino al punto de inicio el puente de
Talcano.
Si
quieres conocer las Hoces del Río Duratón y descubrir a través de la
interpretación de la naturaleza los secretos que alberga este impresionante paraje
ponte en contacto conmigo: danielmedioambiente@gmail.com
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