El Castillo de Jadraque o Castillo del Cid es una fortaleza medieval y
antiguo palacio renacentista, construido sobre una atalaya árabe del siglo
VIII.
Justo a la entrada de la localidad de Jadraque (Guadalajara), encontramos
según palabras del filósofo Ortega y Gasset “el cerro más perfecto del mundo”,
sobre el cual se alza el magnífico castillo.
Desde lo alto del cerro se puede
observar la ribera del río Henares, las tierras de labranza que forman la
campiña de Guadalajara situadas en el valle del río Henares y a lo lejos el
perfil de la sierra norte de Guadalajara.
La planta del castillo forma un
rectángulo de aproximadamente 70x18 metros, en la zona sur se
localiza la ampliación del castillo formado por un patio de armas lo que le da
una longitud total de unos 100 metros.
Para la construcción del castillo
se empleo la técnica de sillarejo en la mayoría de sus muros, lo que nos indica
que la piedra fue escasamente labrada, en cambio en zonas específicas se empleo
sillares perfectamente labrados colocados en hiladas.
Dispone de seis torres
circulares y dos cuadradas, para poder resistir el fuego de la artillería los
muros son muy altos y anchos de tal manera que las torres no sobrepasan la
altura de los muros que conservan su adarve y sus merlones, gracias a
fotografías aéreas y excavaciones arqueológicas se ha podido determinar que el
castillo contaba con torre del Homenaje, de planta cuadrada y que
posteriormente se le añadió una proa, esta torre desapareció al usarse en el
siglo XX como cantera.
Para acceder al castillo debemos subir la prominente
cuesta custodiada a ambos lados por olivos, nada mas coronar el cerro nos
recibe la entrada del castillo que dispone de dos torreones semicirculares.
Los
muros desprovistos de ventanas si presentan algunas saeteras desde las cuales disparaban las armas para defender el castillo de cualquier ataque.
En el interior
de castillo se aprecian vestigios, estos indican que el castillo disponía de dos amplias zonas, una dedicada a la defensa y la otra a la residencia de los propietarios.
En
la actualidad el interior se encuentra vacío, solo podemos ver el antiguo patio
de armas, un foso cuadrado y gracias a las obras de rehabilitación se puede
acceder a través de un pasadizo a una cámara en la cual están expuestas
diferentes fotografías del castillo y de las obras de reconstrucción.
Los árabes fueron quienes dieron el nombre de Jadraque a esta bella localidad, los mismos que construyeron el
castillo originario en lo alto del cerro, lugar estratégico para vigilar todo
el valle del río Henares.
El
castillo también es conocido como el Castillo del Cid, debido a que aparece
citado en el poema del siglo XII (1140) el Cantar del Mio Cid.
En 1434 el rey
Juan II, dono Jadraque a Doña María de Castilla con motivo de su boda con Don
Gómez Carrillo. Posteriormente en 1469 Don Pedro González de Mendoza obispo de
Sigüenza y seguidamente Gran Canciller de los Reyes Católicos intercambia con Don
Alfonso Carrillo de Acuña el castillo de Maqueda por el de Jadraque.
Don Pedro
González de Mendoza fue el encargado de financiar las obras que permitieron adaptar
el castillo de un estilo medieval a un estilo renacentista, durante el último
tercio del siglo XV fue construyendo paulatinamente mejoras en el castillo, que
heredo su hijo Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, marqués de Zenete y conde
del Cid.
El castillo de Jadraque pertenece al grupo de castillos-palacios
medievales, las reformas llevadas a cabo durante el siglo XV fueron dirigidas
por el maestro Alberto de Caravajal.
Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza fue un
destacado militar que contaba con el afecto de los Reyes Católicos, contrajo
matrimonio con Leonor de la Cerda, hija del Duque de Medinaceli en 1492.
Tras
enviudar, se volvió a casar con Doña María de Fonseca, fijando su residencia
desde 1506 en el castillo, donde nació su hija Doña Mencía de Mendoza.
Doña
Mencía de Mendoza contrajo matrimonio con Don Enrique de Nassau, adquiriendo el
titulo de condesa de Nassau, en 1533 al quedar viuda decide instalar su
residencia habitual en el castillo de Jadraque.
En el siglo XIX el castillo es
abandonado y puesto a la venta por sus propietarios los duques de Osuna, con
muy buen criterio el pueblo de Jadraque adquirió la propiedad del castillo por
la simbólica cantidad de 300 pesetas (1,80 euros) en el año 1889.
El castillo de
Jadraque, cuya ubicación es extraordinariamente estratégica al encontrarse en
el Camino Real de Aragón, permitió ser el alojamiento perfecto para monarcas
castellanos y españoles, como los Reyes Católicos, Felipe V, Carlos I, Isabel
de Valois, Felipe II, Felipe IV, entre otros ilustres personajes históricos.
El castillo
de Jadraque forma parte del Patrimonio Histórico Español, el cual debemos conservar
y respetar, por ello es muy recomendable realizar una visita y descubrir un
castillo en un estado de conservación muy bueno en su parte exterior la cual se
puede visitar libremente, en cambio el interior del castillo está siendo restaurado
y para poder visitarlo hay que solicitar la visita guiada en la Oficina de Turismo
de Jadraque.
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